
En zona del Call, en pleno barrio judío, a unos metros de La Catedral y en lo que antiguamente era el cementerio medieval de Montjuïc del Bisbe, nos topamos con esta tranquila y bucólica plaza. Nada hace preveer, recorriendo el zigzagueante y estrecho callejón de Montjuïc del Bisbe, el espectacular y sorprendente paisaje que se abre nada más visualizar su arco. Un verdadero remanso de paz, sólo alterado por el bullicio de los colegiales en su tiempo de descanso y algún que otro visitante emocionado, que contempla con asombro y placer este encantador lugar.
En esta plaza se puede admirar la Iglesia barroca del mismo nombre y en su fachada apreciar las cicatrices que la metralla de los bombardeos y los fusilamientos causó en La Guerra Civil.
En otra de sus esquinas se puede visitar el Museu del Calçat, una casa original gremial que fue Sede de este antiguo gremio. Un edificio renacentista desmontado de su emplazamiento original y reconstruido en esta plaza.
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